5.11.2018

docenario mayo 12

Docenario Guadalupano
, 12 de mayo
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre..?
Este mes vamos a contemplar a nuestra Madre Amada, Santa María de Guadalupe, como Verdadera y Piadosa Madre como se nos presenta en el Tepeyac. Así lo señala ella misma en el Nican Mopohua, el relato original de las Apariciones y mensaje de la Virgen en el Tepeyac en 1531.
Nuestro docenario está inspirado, como enuncié desde inicio de año, en las intenciones que el papa Francisco va señalando para cada mes; en este mes, mes de María, nos pide que recemos el Rosario por todas las situaciones más urgentes del mundo, por las vocaciones sacerdotales y para el sacerdocio, y en especial, para que los Cristianos Africanos den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y paz imitando a Jesús Misericordioso.
En las consideraciones de este día nos fijaremos en algunas cualidades maternas de María que más se destacan en el Acontecimiento Guadalupano; ojalá les sirvan en especial a las mamás a quienes celebramos este mes; imiten a María…
Para las consideraciones usaremos los tópicos metodológicos que señalo de inmediato y que hay que ir aplicando, contemplando y reflexionando en cada consideración.
Imagina… Contempla… Escucha… Toma parte en la acción… Pide la gracia de… Saca consecuencias… Saca provecho… Alaba… Ofrécete…
Primera consideración. María, Madre de Jesús, el Verdaderísimo Dios… (N.M.26). Nuestra Madre se presenta en el Tepeyac como Madre del Verdaderísimo Dios, no de cualquier fantasía humana por digna o simpática que aparezca. Ante la multitud de supuestos dioses de las etnias mesoamericanas Ella recalca: El Verdaderísimo Dios… Y Ella nos trae a Jesús, el Fruto Bendito de Su vientre… ¿Qué nos (me) dice, qué despierta en mí (en nosotros) esta clara afirmación de nuestra Madre?
Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Madre nuestra espiritual; acógenos en tu regazo, Madre sin igual….
Segunda consideración. María se nos presenta en el Tepeyac como verdadera Madre nuestra y de todos…
Nuestra Madre le dice a Juan Diego en la primera aparición: “Yo, en verdad, soy Su Madre Compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra-toda la tierra- habitan como si fueran uno solo…” (NM #29-31). El título que le dio Jesús desde la cruz, antes de morir, es lo que Ella viene a afirmar a México… ¿Cómo nos sentimos..?
Tercera consideración. En el Tepeyac, María nos dice: “Te tengo entre mis brazos”(119).
Disfrutemos, sintamos que estamos entre Sus brazos maternos tan amorosos, cerca de Su Corazón…
Ella nos llena de Su paz… La paz de Jesús… Nos hace reconocer que somos Su Familia… Su muy querida Iglesia…
Cuarta consideración. En el diálogo con Juan Diego Ella le dice —nos dice—: ”¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy Yo la Fuente de tu alegría..?” (NM 119).
Cualquier hijo se siente amparado, protegido con su mamá. ¡Qué seguridad nos muestran los niños al estar su mamá con ellos..! Es una gran alegría ver cómo las ven, las sienten cercanas, protectoras… Niños sanos… ¡de seguro mamás alegres y que se alegran con sus hijos..! Demos gracias por nuestras buenas, admirables, protectoras y sonrientes mamás… Y en especial por nuestra Gran y Maravillosa Madre, María…
Quinta consideración. Nos ponemos bajo Tu amparo, protección, auxilio y defensa…
Al contemplar la Imagen de nuestra Morenita nos tranquilizamos, nos sentimos en una especie de paraíso anticipado… Veámosla…Contemplémosla…dejemos que nuestro amor le exprese todo su cariño y agradecimiento… Y pidamos por nuestros hermanos cristianos de África para que sean testigos del amor misericordioso de Jesús… Y por los que están en los seminarios… y por nosotros, sacerdotes de la misericordia de Jesús… En este mes de María nos ponemos bajo Su amparo y protección y especialmente ponemos a todas las mamás del mundo para que se parezcan a Ella, Modelo original de todas las mamás…
Apoyos Bíblicos: Lc 1,39-56 y 2,1-51; Jn 2,1-12 y 19,25-27; Hechos 1,12-14 y 2, 1-47
Himno Mariano Pascual: Reina del cielo = Regina coeli…
Reina del cielo, alégrate, Aleluya. Porque El que mereciste llevar en Tu seno, Aleluya.
Resucitó como lo había dicho, Aleluya. Ruega por nosotros ante el Señor. Aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María, Aleluya.
Porque resucitó de veras, Cristo nuestro Salvador. Aleluya.
Nota: Este himno se recita en tiempo de Pascua, en lugar del Ángelus, tres veces al día.
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