12.06.2018

dia 7


Docenario Guadalupano
Miércoles, 7 de diciembre
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Después de haber contemplado ayer a nuestra madre acogedora, hoy seguimos con el relato en el punto en que nos quedamos. La Virgen prosigue su comunicación con Juan Diego de una manera tan cariñosa y especial que por eso la consideramos como madre excesivamente bondadosa. Fijémonos en el diálogo y sintamos lo que Juan Diego habrá sentido con esa actitud y esas palabras de nuestra madre.
Oración Inicial. Lectura – Nican Mopohua.
La Virgen María le dice a Juan Diego: 119. “¿No estoy aqui yo, que soy tu madre? (a) ¿no estás bajo mi sombra y resguardo? (b) ¿no soy yo la fuente de tu alegría? (c) ¿no estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? (d) ¿tienes necesidad de alguna otra cosa?”
Primera consideración. María le dice a Juan Diego ante su temor y dolor por la situación de su tío: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” (119-a).
¡Qué realidad tan dulce y qué manera de decirlo de María! Ella es plenamente madre bondadosa, cariñosa. Gocemos con Juan Diego esta dicha, esta palabra que hoy nos dice nuestra Morenita, nuestra madre del Tepeyac. Sintamos que ella está aquí y nos dice esas palabras…
Segunda consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No estás bajo mi sombra y resguardo?” (119-b).
Cualquier madre ampara y protege a sus hijos… ¡Cuanto más María! Sintamos que estamos bajo ella como árbol frondoso… Con toda su ternura nos cobija, protege y acompaña.
En la cultura indígena se acostumbraba que el tlatoani protegiera a los más débiles, a los acusados. Para esto se refugiaban, se ponían bajo el manto protector del poderoso o poderosa. Así aparece María en la imagen que Dios nos dejó: del lado derecho de ella, en su imagen, su manto es más largo abajo, al estilo de los tlatoanis de ese tiempo que aceptaban bajo su manto a los más débiles, desprotegidos, viudas, huérfanos que se agarraban de la punta del manto del jefe para sentir y pedir su protección. Así, ella protege a su ángel, a su caballero, a su mensajero, a Juan Diego, como lo interpretaron los indígenas contemporáneos suyos. Aprendamos a ponernos bajo su mirada que nos acaricia; su dulce y piadosa mirada compasiva. Pongámosle todo este mundo nuestro, a nuestro país, bajo su mirada y su manto protector…
Tercera consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No soy yo la fuente de tu alegría; tu salud?” (119-c).
¿Qué habrá sentido Juan Diego ante estas palabras de María tan dulces y consoladoras? En verdad ella es fuente de alegría en todas partes. Es salud, vida y esperanza nuestra. Ella nos enseña a cantar la alegría de vivir, ella nos enseña a agradecerle a Dios y a contarle a otros las maravillas que él ha hecho por nosotros; nos educa y enseña a usar nuestras cualidades y capacidades para que otros sientan tanta misericordia, tantos beneficios recibidos. ¿Vivimos este agradecimiento continuo al Dios de la vida? Que ella nos enseñe a poner nuestras alegrías en Dios, en los valores del Reino… Pidámoselo mientras rezamos.
Cuarta consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?” (119-d)
¡Qué imagen más bella de cercanía! María habla así porque los indígenas así expresaban cómo las mamás tenían cerquita a sus hijos. María se adapta a esta hermosa cultura y nos deja extasiados con esas frases cálidas, tiernas, acogedoras. Ella es como un nido caliente en donde nos tiene a todos, consolados y protegidos, para que crezcamos en el amor y glorifiquemos a Dios en nuestras obras. Sintámonos en este momento en ese hueco de Su manto, en el cruce de Sus brazos… y guardémonos allí…
Quinta consideración. María termina esta parte de su diálogo con Juan Diego y le dice: “¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?” (119-e)
Estas frases de María culminan de una manera muy fuerte: Ella quiere atendernos en lo que necesitemos pero nos dice que nos fiemos de su amor, que nos arrojemos en su corazón, que confiemos en su protección, porque ella cubre satisfactoriamente nuestras necesidades… Presentémosle las inquietudes y deseos que tenemos de ser felices, de querer seguir a Jesús, de poder servir, de hacer crecer el Reino del Padre entre nosotros… Y nuestras necesidades de amar y ser amados…
Lecturas Bíblicas. Jn.2, 1-12 y Lc 1, 68-79 a manera de salmo.

12.05.2018

Docenario 6 de diciembre de 2018



Docenario  6 de diciembre de 2018
Este día vamos a considerar una de las virtudes más atractivas del mundo cristiano: la solidaridad. Jesús ha sido el modelo máximo de solidaridad con nosotros: nada como hacerse hombre todo un Dios verdadero. En el siguiente lugar está nuestra Madre que fue enviada por Dios con gran solidaridad primero con el mundo indígena y también con el mundo mestizo y aun de los criollos que estaban naciendo en México, y nuestra Madre se mostró compasiva y solidaria en extremo. Ahora lo está haciendo también ante tanto sufrimiento en nuestro país. Nuestro querido Juan Diego, aparece como muy solidario cuando fue hacia Tlatelolco por el sacerdote que ayudara a su tío a bien morir. Ante las circunstancias de tanto temor por la posible muerte de su tío, decidió irse por otro camino, pero María le salió al paso para apoyarlo, consolarlo, decirle que confiara en Ella. Ella es la Estrella Solidaria, Nuestra Madre Amabilísima, que ve y siente nuestras penas y angustias y corre, se acerca a ayudarnos. Por eso, este día la contemplamos muy solícita en favor de Juan Diego, en esta escena tan llena de Su amor hacia él, hacia Juan Bernardino, hacia nosotros.
Primera consideración.- María es la que a todas partes está mirando para cuidarnos a todos. (N.M. 104) Dios, el que es Amor Solidario con todos, le ha dado a nuestra Madre la capacidad de estar al pendiente de nosotros desde Su Asunción al cielo. ¿Cómo nos sentimos ante esta realidad? ¿Cómo recibimos y sentimos esta mirada Suya? ¿Cómo la miramos a Ella? ¿Cómo miramos toda la realidad que está a nuestro alrededor, y sobre todo, a los demás? Pidámosle a nuestra Madre que nos enseñe a mirar con Su mirada misericordiosa y compasiva.
Segunda consideración.- Juan Diego se da cuenta de cómo la Virgen desciende del cerro y como lo había estado mirando y esperado (N.M.105). Imaginemos la alegría y esperanza que pudo haber sentido Juan Diego por este encuentro porque Ella lo estaba esperando. A lo mejor sintió también cierto temor al pensar que lo iba a detener. Cuando vamos a visitar al Señor en el sagrario ¿cómo nos sentimos? Cuando vamos a algún lugar en donde se venera alguna imagen de María, sobre todo en el Tepeyac, cómo nos sentimos. ¿Les pasamos esta experiencia de Fe a otros? ¿Alguna vez hemos llegado a sentir que Ella nos mira? Pidámosle que nos muestre Sus ojos misericordiosos.
Tercera consideración.- María se acerca, le sale al encuentro a Juan Diego y le pregunta: “¿Qué pasa, mi hijito, a dónde vas, a dónde te diriges? ” (N.M.106-107). Para Juan Diego, ya no fue sólo sentir que Ella lo veía, ahora es estar con Ella, es sentirla cerca y tenerla allí, con él. Disfrutemos con Juan Diego esta presencia de María con nosotros. Pidámosle a nuestro Dios que nos haga sentirla cerca de nosotros hoy mismo con todo ese amor solidario que nos tiene a cada uno. Que les haga sentir este amor solidario a tantas familias que han estado sufriendo la desaparición de sus hijos o de personas cercanas a ellas.
Cuarta consideración.- La Virgen le pregunta a Juan Diego: “¿Qué pasa, hijito mío, a dónde te diriges? María es toda una Madre, se preocupa por Su hijito, quiere saber de él por él mismo; y en esa época Juan Diego tenía 57 años.. Cada uno de nosotros le importamos, somos valiosos para Ella porque es verdaderamente Madre nuestra. Sintamos que estas preguntas nos las hace personalmente a cada uno de nosotros hoy mismo. ¿Qué le respondemos? ¿Qué nos pasa hoy; cómo nos sentimos? ¿Qué nos preocupa? Expresémosle nuestros sentimientos y necesidades…
Quinta consideración.- Juan Diego es consolado increíblemente por la Reina celestial. Ella le dice que no tema con las palabras más convincentes y cariñosas. (N.M.118-120). Cuando Juan Diego sigue insistiendo en el dolor que tiene nuestra Madre le dice: “¿Mi hijto, escucha, ponlo en tu corazón.es poco lo que te afligió y perturbó. ¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre?¿No estás bajo mi sombra y resguardo?¿No soy Yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?¿Tienes necesidad de alguna otra cosa..? Que no te aflija la enfermedad de tu tío, ten por cierto que ya está bien. Contemplemos este encuentro gozoso de Madre e hijo. 
Disfrutemos estas palabras hoy dichas a nosotros por nuestra Madre. ¿Esto no nos pacifica y alegra? Pidámosle a nuestra Madrecita que nos enseñe a saber estar gozosos con Ella en la oración, el silencio, la contemplación de los misterios de la vida de Cristo. Que Ella misma nos enseñe a esperar contra toda esperanza ante lo que nos pasa y le pasa al mundo cada día. Aprendamos de Juan Diego a tratarla con mucha sencillez, cariño y familiaridad. Que él interceda por nosotros y de modo especial por el mundo indígena, su mundo, para que les alcance paz y consolación… Reflexionemos un poco más. La solidaridad nos debe caracterizar a los cristianos. 

12.04.2018

La Hora de la Gracia.


Todos los días 8 de diciembre al mediodía.

8 de diciembre de 1947
Pierina –la vidente de las apariciones de Rosa Mística– contempló a la madre de Dios decir.- "¡Yo soy la Inmaculada Concepción!" y con gran majestad afirmó "Yo soy María de las Gracias, esto es, la llena de Gracia, Madre de mi Divino Hijo Jesucristo". Descendió suavemente por la escala y añadió.- "Por mi venida a Montichiari deseo ser invocada y venerada como Rosa Mística. QUIERO QUE AL MEDIODÍA DE CADA 8 DE DICIEMBRE (SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA) SE CELEBRE LA HORA DE LA GRACIA POR TODO EL MUNDO, MEDIANTE ESTA DEVOCIÓN SE ALCANZARÁN MUCHAS GRACIAS PARA EL ALMA Y EL CUERPO. Nuestro Señor, mi Divino Hijo Jesús, concederá copiosamente su misericordia, mientras los buenos recen por sus hermanos que permanecen en el pecado. Es preciso informar cuanto antes, al Supremo Pastor de la Iglesia Católica el Papa Pío XII mi deseo de que esta hora de gracia sea conocida y extendida por todo el mundo. Quien no puede ir a la iglesia que sea en su casa al mediodía y conseguirá mis gracias." Luego mostrándole su purísimo corazón exclamo: "Mira este corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colma de vituperios." Calló unos momentos y continuó: "Si todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación la misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de gracia".
Notando Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse le imploró fervorosamente: "¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!". Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes, religiosos y a los pecadores. Ella contestó: "Tengo preparado una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho mis deseos". Con estas palabras se terminó la visión.

Docenario Guadalupano

Docenario Guadalupano

Primera consideración: . La primera obra de misericordia de nuestra madre en el Tepeyac es habernos traído a su hijo a México y desde aquí para todo el mundo. Dios nos la mandó, pero ella puso todo lo que estuvo de su parte para darnos a su hijo amado de la manera tan excelente y misericordiosa como consta y lo sabemos muchos. Alabémosla.
Jaculatoria: María Madre de gracia, madre de misericordia; en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.
Segunda consideración: . El haber apoyado al obispo Zumárraga con las rosas y con la impresión de la imagen guadalupana en la tilma de Juan Diego fue una obra de gran misericordia de Dios, y nuestra madre cumplió en ese tiempo muy bien esta misión que le fue encomendada. Gocemos contemplando el momento de la impresión de la imagen en el ayate de Juan Diego; veamos la sorpresa de los allí presentes en ese momento… Contemplemos.
Tercera consideración: Nuestra madre le dio la sanación a Juan Bernardino el mismo 12 de diciembre en la mañana. Dice la narración del Nican Mopohua: “ …y se le apareció la Señora del cielo —a Juan Diego— y lo mandó a México con el señor Obispo… y le dijo que no se afligiera, que su tío ya estaba sano… Y le dijo su tío —Juan Bernardino— a Juan Diego, que era cierto, que en ese momento ella lo sanó…” (#200-202). Reflexionemos… Oremos…
Cuarta consideración: Desde un principio la virgen hizo varios milagros cerca del Tepeyac con la gente que la invocaba. Fue notable la resurrección del indio muerto el mismo 26 de diciembre día de su traslado de la iglesia en que estaba hasta el lugar que ella señaló en la orilla del lago junto al cerro del Tepeyac. Hay muchos testimonios de muchas sanaciones y otros favores que Ella hizo a muchas personas. Demos gracias por todo esto.
Quinta consideración: Nuestra amable y admirable madre santa María de Guadalupe sigue haciéndonos infinidad de servicios a miles y miles de personas que seguimos recurriendo con confianza a ella. Démosle gracias por el amparo, protección, auxilio y defensa que nos regala. Comprometámonos, como ella y como Jesús, a servir a quien nos necesite.

12.02.2018


Docenario 3 de diciembre de 2018-  Día 3.- San Francisco
Javier, Patrono de las misiones.
 

 La misión Evangelizadora y consoladora de nuestra Guadalupana. Hoy es gran día para la Iglesia universal porque celebramos al gran misionero de la India, Japón y otras islas, San Francisco Javier, jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y de otros con quienes fundaron la Compañía de Jesús. Además es el Patrono internacional del Apostolado de la oración que se encarga de difundir las intenciones que el Papa señala cada mes para que toda la Iglesia ore por esas intenciones y para que se unan y consagren más personas al Corazón de Jesús para llevar Su mensaje de amor a todo el mundo. Y hoy se cumplen 170 años de haber sido fundado este aliento vital de la Iglesia en Francia, por otro jesuita, el P. Francisco Javier Guatrelet, para extender, a través de la oración, la misión de Cristo por todo el mundo. Como si fuera poco, hace unos días,-el 23-, la Universidad de San Francisco Javier, fundada en Mérida en 1624, cumplió 390 años de haber sido fundada. Fue la única del Sureste y que además dio grados de Doctorado. Por todo esto, demos gracias a Dios. Por estas razones vamos a considerar hoy a nuestra Madre como la gran Misionera que nos trajo a Jesús a estas tierras y que lo hizo en un ambiente de desgarramiento social del México que nacía, algo parecido a lo que nos está sucediendo estos meses y años en el país. Por eso, desde nuestro dolor y la necesidad de Dios que experimentamos, y unidos a la Iglesia universal en este Adviento que comenzamos, les decimos a todos los países la frase de la antífona de entrada de la Misa de este día: “Escuchen, pueblos, la Palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra. He aquí que vendrá nuestro Salvador, ya no tengan miedo” (Jer 31,10; Is 35,4).
 
 
Primera consideración.- María es la primera que nos anuncia y da a conocer a Jesús. Desde el nacimiento de Jesús, y aun antes, como vemos en la visita de nuestra Madre a Santa Isabel, María trae a Jesús Consigo, nos lo da. Así lo experimentaron también los pastores en Belén y después, los Reyes orientales que fueron a buscar al Señor. Es Su primera misión y así viene también a México. Se lo dice a Juan Diego en el Tepeyac:” Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten Mi casita sagrada en donde Lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto (se entiende que a Jesús, es Al que nos mostrará). Aprendamos de Ella a dar a conocer a Jesús.
 
Segunda consideración.- La Virgen se presenta ante San Juan Diego como Madre universal de todos los habitantes de este mundo. Nuestra Madre le dice claramente a Juan Diego:” Yo soy Madre tuya y de todos los que en esta tierra están como siendo uno, y de las demás variadas estirpes de personas, mis amadores, los que a Mí clamen, los que me busquen, los que confíen en Mí.(N.M. 31)” Esta misión universal se la ha confiado el “Verdaderísimo Dios por Quien vivimos”. Agradezcamos, confiemos, Ella y Ellos nos aman..
 
 
 Tercera consideración.- La Virgen María nos explica cómo hay que dar a conocer a Jesús. La Señora del cielo le dice a Juan Diego lo que hoy llamamos la nueva Evangelización. Para que sea efectiva tenemos que mostrar a Jesús a otros como Ella: “Lo daré a las gentes con todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación. Porque Yo, en verdad, soy su Madre Compasiva.”(N.M.28). Aprendamos de Ella a dar a Jesús a otros compasivamente. Preguntémonos si este es nuestro método.
 
 
Cuarta consideración.-Ella, maternalmente, se preocupa a fondo de todAs. Nuestra Madre le deja muy claro a San Juan Diego que Ella nos viene a atender, a escuchar, a mostrarse como verdadera Madre. Le dice: “Allí les escucharé su llanto, su tristeza: para curar, para remediar, todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores. (N.M.32)”. Si ésta fuera nuestra actitud diaria ante las necesidades de los demás cambiaríamos a México. Empecemos, hay muchas, muchísimos que esperan la consolación de María, de Dios y de nosotros.
 
Quinta consideración.- María nos presenta a Dios con toda fidelidad. Un aspecto muy necesario para cada Evangelizador es que lo haga con fidelidad. Ella así lo ha hecho siempre. Agradezcámosle que sea tan fiel hasta ahora pues sigue haciendo lo mismo desde el Tepeyac. Ella, desde que fué invitada por Dios para ser la Madre del Salvador, no ha hecho más que prepararse para recibirlo y para darlo. Ella nos lo sigue dando ahora, tanto para conocerlo como para impulsarnos a hacer Su voluntad. ¡Bendita sea! Aprendamos de Ella. Apoyos Bíblicos.- Is 46,3-13 y 49, 13-23 Salmo 107(106) Jn 2, 1-12 ++

Para la gloria de Dios y de Santa María de Guadalupe ++ San Francisco Javier, Patrono de las misiones. La misión evangelizadora y consoladora de nuestra Guadalupana. Hoy es gran día para la Iglesia universal porque celebramos al gran misionero de la India, Japón y otras islas, San Francisco Javier, jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y de otros con quienes fundó la Compañía de Jesús. Además, es el patrono internacional del Apostolado de la Oración que se encarga de difundir las intenciones que el Papa señala cada mes para que toda la Iglesia ore por esas intenciones y para que se unan y consagren más personas al Corazón de Jesús a fin de llevar su mensaje de amor a todo el mundo. 

11.30.2018

docenario dic 1


Docenario Guadalupano
 1 de diciembre 

Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita




Herman@s y amig@s en el Señor: Un saludo con el deseo de que el año que estamos terminando, año de muchos dones por el proceso del Sínodo de la Familia y el Año de la Vida Consagrada, haya estado lleno de bendiciones para ustedes, sus familias y las y los religiosos que nos siguen a través del Diario. Y para el Año Litúrgico que está entrando, ciertamente la primera gran bendición será la apertura del Año de la Misericordia por el papa Francisco este 8 de diciembre, fiesta tan querida de nuestra Madre por su Inmaculada Concepción. Que este acontecimiento sea una oportunidad para tod@s de una vida mejor en el servicio de nuestro Dios, nuestra Madre Amada y nuestr@s prójim@s.


Con mucha anticipación nos hemos preparado para la apertura de este año de tantas promesas, especialmente con el documento que dio a conocer el papa Francisco el 11 de abril llamado “El rostro de la Misericordia” —en latín, Misericordiae Vultus, el nombre oficial—, la víspera del Domingo de la Misericordia. Ha sido un apoyo pastoral muy bueno.

Por eso, en los próximos días procuraré dar a conocer algunas citas de este documento cuando nos permitan afianzar los temas que presentaré para estos doce días de gracia que iniciamos hoy, 1 de diciembre. Espero nos ayuden también a preparar el nacimiento del Señor que tendrá un matiz especial este año.

 

Nos unimos desde este docenario a todas las celebraciones guadalupanas que habrá en el país y en muchas partes del mundo para pedir por este México que hace mucho ha perdido la brújula y está como en convulsiones de parto. Esperamos que estas fechas y la visita del Papa a nuestro país sean una vida nueva en todos y para todos.

Día 1. Dios, el Autor Misericordioso del Acontecimiento Guadalupano.

Primera consideración. Dios es el Autor Maravilloso de toda la Creación y desde el principio la hizo inspirado en el Verbo Eterno y para nuestro propio bien.

Jaculatoria: Dios, Autor de Maravillas y del Acontecimiento Guadalupano, ayúdanos a solidarizarnos, como María, con todos nuestros hermanos.

Segunda consideración. Dios creó a nuestros primeros padres sin pecado, pero ellos pecaron. Las consecuencias fueron: dolores, enfermedades, pecados por doquier y muerte. Hagamos lo imposible por no vivir en pecado.

Tercera consideración. El Padre, con el Poder del Espíritu Santo, hizo posible la Encarnación del Verbo Eterno en María y para todos. Gocemos esta bondad divina.

Cuarta consideración. La vida, muerte, resurrección y ascensión del Señor posibilitaron todas las futuras acciones divinas hacia nosotros para nuestro bien. Agradezcamos estos favores infinitos; que estén presentes para nosotros todos los días.

Quinta consideración. El Acontecimiento Guadalupano fue querido y preparado por Dios para que nuestra Madre viniera al Tepeyac en 1531, nos revelara, por primera vez, al Verdaderísimo Dios por Quien Vivimos (Nican Mopohua número 26) y siguiera llevando al cabo la obra evangelizadora y misericordiosa que todavía sigue haciendo para nosotros. Ésta terminará cuando acabe este mundo transitorio.

Mientras tanto, vivamos como verdaderos hijos de Dios y de nuestra Santísima Madre, nuestro testimonio es vital para otr@s. Citas bíblicas: Génesis 1, 1-31 y 3.1-24. Himno de la Creación: Daniel 3, 51-90; Jn 1, 1-5; 9-14 y Lc 1, 26-38.

10.11.2018

DOCENARIO GUADALUPANO

Docenario Guadalupano
Miércoles, 12 de octubre 
 
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Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

Este mes vamos a considerar cómo San Juan Diego Cuauhtlatoatzin conoció y vivió la Misericordia de Dios y de María en 1531 y en años posteriores y cómo él realizó obras de misericordia de inmediato. En este mes de la raza, y en especial del mundo indígena, vamos a aprender de él cómo honrar al verdaderísimo Dios por quien vivimos, viviendo nosotros imitándolo y a nuestra Madre amada, Madre de misericordia, como la invocamos en la salve.

 

Primera consideración: Dios escogió y preparó a Juan Diego para ser mensajero de su misericordia.

El Nican Mopohua nos narra que el sábado 9 de diciembre nuestro modelo iba a su catequesis en Santiago Tlatelolco; al día siguiente estuvo en la misa del domingo 10 y fue a hablar con el obispo, quien le pidió la señal para creerle. Hoy comprendemos que gracias a su fidelidad a Dios y a la Iglesia él pudo recibir la misericordia de Dios para él y para todo su pueblo. Demos gracias por esto.

Jaculatoria: Juan Diego, hermano, nuestro, enséñanos a contemplar a nuestra Madre amada, la Reina del Tepeyac.

Segunda consideración: La Virgen, maestra de Juan Diego en la misericordia.

Después de que Juan Diego habló con el obispo se encontró con la Virgen por segunda vez. Ella lo esperó, le salió al paso (NM48-67) para consolarlo y reenviarlo con el señor obispo. En el mismo texto, más adelante, dice que ella le preguntó qué le pasaba cuando iba afligido por la enfermedad del tío (#107). Nuestra Madre, siempre misericordiosa, le mostró a Juan Diego cómo ser misericordioso. Pidámosle a ella que nos enseñe a serlo también de la manera que mejor le parezca.

Tercera consideración: Gracias a las enseñanzas de Dios y de María, Juan Diego aprendió a ser más misericordioso, como ellos…

Por la cortesía clásica del mundo indígena y por lo aprendido de María, lo vemos muy respetuoso con el obispo y sus servidores aunque lo habían tratado bastante mal… sobre todo estos últimos (NM 70-74 y 147-154). Aprendamos a ser magnánimos, como Juan Diego, aunque otros nos traten mal.

Cuarta consideración: Juan Diego tuvo misericordia con la Virgen al hacer todo lo posible por cumplirle sus encargos.

Juan Diego pudo esquivar el encuentro con la Virgen el mismo día 12, pero el gran corazón de este hermano nuestro nos enseña a ser corteses y educados hasta con Dios y María. (NM 127-134). Pidámosle a nuestro santo que nos siga educando en la cortesía y misericordia cristianas con nuestros hermanos y hermanas.

Quinta consideración: En la escuela de San Juan Diego.

Si queremos servir realmente a México, a Dios y a nuestra madre, sigamos el camino que ellos nos han enseñado para sacar a nuestro país del fango en que está. Este final del año de la misericordia puede suscitar en nosotros muchas acciones comunes misericordiosas para poder acercarnos a los más sufridos y abandonados de este mundo. Dispongámonos, con la ayuda de Dios, de María y de Juan Diego, a hacerlo.

Apoyos Bíblicos: Is 40,25-31 Salmo 103(102) Col 3, 9-17 Mt 11,28-30.

7.11.2018

docenario Guadalupano 12 julio

Docenario Guadalupano 
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

.La naturaleza,estrella de gran magnitud en el Acontecimiento Guadalupano
Hermanas y hermanos: Les deseo muy buen mes de julio, mes en que la Arquidiócesis de Yucatán peregrina a la Basílica de Guadalupe y que hoy mismo estará representándonos a quienes nos quedamos con las ganas de estar allá para encomendar a nuestra Madrecita este Estado y esta capital meridana después de las reñidas, discutidas, no muy convincentes pero esperanzadoras elecciones. Ella nos ayude a vivir con más dignidad y solidaridad la próxima etapa de nuestra vida en este sexenio.
Acompañamos desde nuestro trabajo a quienes van a poder descansar en estas vacaciones y nos unimos a las expectativas de muchos atletas que competirán en las ya próximas Olimpiadas de Londres. Otro banquetazo deportivo como el del fútbol y el del tenis que acaban de pasar. Que estos deportes ayuden a distensionarnos y a que muchos hermanos y hermanas puedan vivir con más paz en sus respectivos países.
Este mes vamos a seguir reflexionando sobre algunos otros aspectos del tema de este año, sobre las Estrellas Eucarísticas Guadalupanas, es decir, elementos muy importantes que se dan tanto en la Eucaristía como en el Acontecimiento Guadalupano y que nos pueden ayudar para ser mejores hij@s de María y miembros de una Iglesia que se precia de tener, como su mayor tesoro en la tierra, el misterio de la presencia eucarística de Cristo entre nosotros mientras sea su segunda venida. Reflexionaremos y oraremos sobre cómo la naturaleza es un gran apoyo para vivir estas realidades.
Primera consideración: El cielo en el manto de la Virgen de Guadalupe. Con alegría descansamos nuestra mirada en el manto azul-verdoso de nuestra Madre que nos refleja un poco el color del maguey, del Mar Caribe. Vemos las 46 estrellas que nos reflejan nuestros 46 cromosomas, gracias a los que nuestros padres nos heredan cantidad de cualidades. En un manto, todo el poder del cielo con el horario y fecha de la aparición. Nos motiva todo esto a una acción de gracias -un canto cuasi eucarístico- por tanta ciencia y belleza allí acumuladas, con el Sol que rodea a María y a Jesús, que viene en su vientre, y con la Luna que está a los pies de la Reina sirviéndola. Que así aprendamos a servir como estos elementos de la naturaleza. y a glorificar y alabar a nuestro Dios continuamente como María.
Jaculatoria apropiada: Tú alientas nuestro agradecimiento, Virgen María; para alabar al que es Dios de la vida.
Segunda consideración: La tierra en el vestido de Santa María de Guadalupe.
Gracias a los conocimientos de investigadores notables del mundo indígena de la época de San Juan Diego hoy sabemos que en su vestido está el color rosado, signo de la tierra, lleno de figuras que representan flores, tallos, hojas, cerros, corrientes de agua. María y Jesús están siendo servidos por la naturaleza que se asienta en la tierra. Hagamos de nuestra Tierra el sitio que todos merecemos para vivir; Dios nos la ha dado para que seamos felices y vivamos de ella. Agradezcamos tantos bienes recibidos a través de ella.
Tercera consideración: El ayate, máxima expresión en la cultura nahua. Contemplemos a María de Guadalupe en el ayate de San Juan Diego. Ella, la Flor de flores, está allí. Y el ayate, hecho de las fibras del maguey, probablemente por María Lucía, la buena esposa de Juan Diego, nos está diciendo que es verdad, que lo que se dice allí le perteneció a un hombre cabal representado por su mismo ayate, quien se unió a su mujer en matrimonio, representado simbólicamente esto en la cultura indígena a través de dos puntas del ayate de Juan Diego entrelazadas con dos puntas del hipil de María Lucía: un canto eucarístico de la naturaleza y de los humanos para Dios y María a través de San Juan Diego y María Lucía. Agradezcamos. Alabemos.
Cuarta consideración: La belleza de Santa María de Guadalupe. La máxima figura femenina humana que ha existido y existirá está en el ayate de San Juan Diego. Contemplemos su belleza. Su mirada compasiva. Su sonrisa. Su porte tan digno. Su ternura y figura prematernal. Es la máxima expresión de belleza femenina del mundo entero. Regocijémonos con su presencia entre nosotros y demos gracias al que la ha sabido hacer y plasmar con tal belleza en un ayate de fibra de maguey.
Quinta consideración: La sencillez del pan, del vino y de Jesús de Nazaret. Dios sabía que nos iba a inventar la presencia eucarística del Señor Jesús en un poco de trigo convertido en pan a través de la trituración, y en un poco de vino, extraído del fruto de la vid, gracias a la maceración de las uvas en el lagar y en las prensas actuales. María, en el Acontecimiento Guadalupano, nos trae al Inspirador de la naturaleza y a quien toda la naturaleza alaba, sirve y bendice. El mismo que se nos da en la Eucaristía como pan de nuestra vida y bebida de nuestra salvación gracias a su entrega total al Padre y a nosotros a través de su sacrificio redentor. El misterio eucarístico nos lleva a adorar, bendecir y glorificar a quien por nosotros se hizo carne y habitó entre nosotros para hacernos familiares suyos gloriosos para siempre. Alabémoslo. Ensalcémoslo. Glorifiquémoslo eternamente.
Apoyos bíblicos: Salmo 104(103); Ex 12, 17-18; Lc 22, 7-20; 1Cor 11, 23-26; Apoc 19, 5-9.

5.11.2018

docenario mayo 12

Docenario Guadalupano
, 12 de mayo
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre..?
Este mes vamos a contemplar a nuestra Madre Amada, Santa María de Guadalupe, como Verdadera y Piadosa Madre como se nos presenta en el Tepeyac. Así lo señala ella misma en el Nican Mopohua, el relato original de las Apariciones y mensaje de la Virgen en el Tepeyac en 1531.
Nuestro docenario está inspirado, como enuncié desde inicio de año, en las intenciones que el papa Francisco va señalando para cada mes; en este mes, mes de María, nos pide que recemos el Rosario por todas las situaciones más urgentes del mundo, por las vocaciones sacerdotales y para el sacerdocio, y en especial, para que los Cristianos Africanos den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y paz imitando a Jesús Misericordioso.
En las consideraciones de este día nos fijaremos en algunas cualidades maternas de María que más se destacan en el Acontecimiento Guadalupano; ojalá les sirvan en especial a las mamás a quienes celebramos este mes; imiten a María…
Para las consideraciones usaremos los tópicos metodológicos que señalo de inmediato y que hay que ir aplicando, contemplando y reflexionando en cada consideración.
Imagina… Contempla… Escucha… Toma parte en la acción… Pide la gracia de… Saca consecuencias… Saca provecho… Alaba… Ofrécete…
Primera consideración. María, Madre de Jesús, el Verdaderísimo Dios… (N.M.26). Nuestra Madre se presenta en el Tepeyac como Madre del Verdaderísimo Dios, no de cualquier fantasía humana por digna o simpática que aparezca. Ante la multitud de supuestos dioses de las etnias mesoamericanas Ella recalca: El Verdaderísimo Dios… Y Ella nos trae a Jesús, el Fruto Bendito de Su vientre… ¿Qué nos (me) dice, qué despierta en mí (en nosotros) esta clara afirmación de nuestra Madre?
Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Madre nuestra espiritual; acógenos en tu regazo, Madre sin igual….
Segunda consideración. María se nos presenta en el Tepeyac como verdadera Madre nuestra y de todos…
Nuestra Madre le dice a Juan Diego en la primera aparición: “Yo, en verdad, soy Su Madre Compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra-toda la tierra- habitan como si fueran uno solo…” (NM #29-31). El título que le dio Jesús desde la cruz, antes de morir, es lo que Ella viene a afirmar a México… ¿Cómo nos sentimos..?
Tercera consideración. En el Tepeyac, María nos dice: “Te tengo entre mis brazos”(119).
Disfrutemos, sintamos que estamos entre Sus brazos maternos tan amorosos, cerca de Su Corazón…
Ella nos llena de Su paz… La paz de Jesús… Nos hace reconocer que somos Su Familia… Su muy querida Iglesia…
Cuarta consideración. En el diálogo con Juan Diego Ella le dice —nos dice—: ”¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy Yo la Fuente de tu alegría..?” (NM 119).
Cualquier hijo se siente amparado, protegido con su mamá. ¡Qué seguridad nos muestran los niños al estar su mamá con ellos..! Es una gran alegría ver cómo las ven, las sienten cercanas, protectoras… Niños sanos… ¡de seguro mamás alegres y que se alegran con sus hijos..! Demos gracias por nuestras buenas, admirables, protectoras y sonrientes mamás… Y en especial por nuestra Gran y Maravillosa Madre, María…
Quinta consideración. Nos ponemos bajo Tu amparo, protección, auxilio y defensa…
Al contemplar la Imagen de nuestra Morenita nos tranquilizamos, nos sentimos en una especie de paraíso anticipado… Veámosla…Contemplémosla…dejemos que nuestro amor le exprese todo su cariño y agradecimiento… Y pidamos por nuestros hermanos cristianos de África para que sean testigos del amor misericordioso de Jesús… Y por los que están en los seminarios… y por nosotros, sacerdotes de la misericordia de Jesús… En este mes de María nos ponemos bajo Su amparo y protección y especialmente ponemos a todas las mamás del mundo para que se parezcan a Ella, Modelo original de todas las mamás…
Apoyos Bíblicos: Lc 1,39-56 y 2,1-51; Jn 2,1-12 y 19,25-27; Hechos 1,12-14 y 2, 1-47
Himno Mariano Pascual: Reina del cielo = Regina coeli…
Reina del cielo, alégrate, Aleluya. Porque El que mereciste llevar en Tu seno, Aleluya.
Resucitó como lo había dicho, Aleluya. Ruega por nosotros ante el Señor. Aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María, Aleluya.
Porque resucitó de veras, Cristo nuestro Salvador. Aleluya.
Nota: Este himno se recita en tiempo de Pascua, en lugar del Ángelus, tres veces al día.

1.18.2018

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